martes, 27 de mayo de 2014

La Catedal

El 20 de junio de 1991,  ingrese voluntariamente en prisión a cambio de no ser extraditado a Estados unidos .Sin embargo, para hacerlo exigía al gobierno -entre otras cosas- que fuera en una cárcel exclusiva con el argumento de que podría correr peligro de muerte si ingresase en un correccional corriente. Así el gobierno autorizó las obras del emplazamiento que se convertiría a posterior en la peor vergüenza del mi y mis  asociados, además de una fuerte seguridad brindada por el Ejército Colombiano, espacio aéreo restringido y las autoridades penitenciarias designadas por el estado para custodiar su reclusión.
El 21 de julio de 1992 mis hombres y yo huimos de la prisión tras patear uno de los muros traseros de la edificación construido con yeso para éste propósito.Yo  y mis secuaces huimos  caminando, rodeando las montañas y aprovechando la neblina que cubría la zona y el apagón de la llamada Hora Gaviria.


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